lunes, 8 de noviembre de 2010

La distancia de las sombras


Podría decirse que mientras pasan los días las personas se distancian poquito a poquito de mi, creando espacios gigantescos. Visto desde el otro polo, al contrario, podría decirse que soy yo el personaje que se aleja cada vez mas de la gente. ¿Qué mas da? ¿Importa mucho quien es el que huye? Las interpretaciones pueden ser variadas; unos y otros pueden discutir con palabras interminables acerca de quien es el que escapa. Mas, por sobre esta escena hay algo que es verídico en su totalidad, por donde se le mire: el dolor de las distancias. El agobiante peso de la separación entre un padre y su hijo, la amada y su amante, entre el vecino y el inquilino, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, entre académicos y estudiantes, vencedores y vencidos... El dolor que comanda la incomunicación es lo trascendente, lo demás es solo el medio por el cual se hace manifiesto.

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