La peregrinación del caracol responde al tiempo del mundo particular que corresponda a la actitud en que se encuentre el caminante. Extrapolando la indicación a la vida propia del hombre, que camina y no arrastra (y que por no arrastrar se autocondena a la antiperegrinación), no puede quedar claro cual es la plataforma en la que se sostiene cada cuerpo. El instante del desvelo, de la desmitificación del andamiaje o plataforma común, es el nacimiento de lo auténtico, y lo autentico no es mas que el retorno eterno al propio ser.
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